
Imagina que tienes 19 años y trabajas limpiando furgonetas por una miseria, porque tu familia no tiene que llevarse a la boca. Así estaba en 2003, James Morrison, un británico que de la noche a la mañana se convirtió en un icono y una revelación para la música actual. En cuestión de dos años pasó de tocar en la calle a telonero, y de telonero a solista con un nuevo álbum bajo el brazo: "Undiscovered".
Un álbum que en cuestión de 5 meses había vendido mas de un millón de copias, que había sido alabado por la crítica por su voz, su composición y su guitarra. Una historia de cuento, y por supuesto, de mucho talento. La canción que os traigo hoy, "Undiscovered", igual que el título álbum no fue ni primer, ni segundo, ni tercer single. De hecho no ha sido nunca una de sus principales canciones, y es posible que no se recuerde en exceso. Sin embargo, la canción es una de las más emotivas del disco: habla de las personas que tienen algo, pero la vida no le deja demostrarlo; de la gente perdida, sin saber hacia donde dirigirse.
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