
Empecemos con las deudas que tenía pendientes: Celtas Cortos, que se formó en 1986 y aún sigue dando guerra, a pesar de los muchos y variados cambios en la formación a lo largo de todos estos años. Son un grupo, digamos, atípico. Se basa en la música de un par de guitarras, flauta travesera, gaita, whistle, saxo, flautas de vara y pico, teclado, violin, trombón, bajo acustico y electrico, baterías y percusiones de lo más variado, y en realidad cualquier cosa que produzca sonido.
Ya desde su primer album comenzaron a expandir su música por conciertos a lo largo y ancho del país, y su tercer album fue uno de sus puntos álgidos: "Gente impresentable". Fue el primer disco del grupo que contenía canciones con letra, en el que Jesús Cifuentes comenzó a dar rienda suelta a sus letras y a su voz. Este disco, que contenía canciones insignia como "Si no me veo no me creo", "Gente impresentable" o la que os traemos hoy, "La senda del tiempo", fue el empujón definitivo en el mercado comercial de la música de principios de los 90 en España.
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