
Para esos días que empieza cayendo la tostada al suelo por el lado de la mantequilla, acabas en el trabajo con ganas de estrangular a tu jefe, subes al coche de vuelta a tu casa, y pones música con la esperanza de que algo te arregle el día te sugiero a Jamiroquai, grupo inglés surgido en 1992 y liderado por Jason "Jay" Kay, cantante y alter ego de la banda a quien se debe su extraño nombre (la unión de "iroqueses" tribu indígena norteamericana con la que Jay dice identificarse y "jam" sesión de improvisación musical).
Música producto de una fusión de funk, disco y jazz, pero hecho con tanto talento y maestría que derivan en un sonido único "marca de la casa". Savia fresca para un género, el funk, que a principios de los 90 estaba anquilosado. De su quinto disco en estudio "A Funk Odyssey" (2001), quizás el más logrado aunque no el más galardonado, se hace harto difícil elegir un tema. No dejas de disfrutar desde el primero al último corte. Un completo antídoto contra el desánimo. Es como degustar uno de tus platos favoritos o un gran vino. A modo de cata oigan "Corner of the Earth". Todo un "chute" de felicidad.
Al final acabas relajadamente tomando un "birra" y pensando que la caída de la tostada lo explica la Física y que tu jefe sea un cabronazo es algo inevitable. Es evidente que él no oye a Jamiroquai. Aviso a navegantes, en otoño lanza nuevo disco.
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