Mucha gente piensa que para hacer una buena canción es siempre necesario conjugar un montón de instrumentos en un sinfín de melodías y acordes. Pero no siempre es cierto, a veces basta con desnudar una canción hasta su esqueleto, dejarla desprovista de florituras y artificios, y permitir que sea la voz del solista la que guíe todo.

Imagino que teniendo una voz tan bonita y dulce como la de la neoyorquina Lumidee debe ser más sencillo usarla como motor principal de la canción. Así lo hizo con su gran éxito, "Never leave you", en la que con poco más que una percusión y su propia voz a los coros, al son del "oh oh, oh oh", consiguió fabricar una canción fácilmente reconocible, muy sensual y bailable que copó tanto las listas como las pistas.

"Never leave you" formaba parte de "Almost famous" (2003), el álbum de debut de la artista salida de un barrio con tanta raíz musical como lo es Harlem. Por eso no es de extrañar la fuerte influencia del R&B en Lumidee, aunque entre sus estilos también se perciben el reggae o el hip-hop.