
Cuenta una vieja leyenda rifeña que un jeque árabe tomó como esposa a una joven muchacha originaria de Vejar, provincia de Cadiz. La muchacha, una vez se casó con el jeque se fue a vivir con él a tierras marroquíes, pero el cambio del que hasta entonces había sido su hogar por aquel otro lugar, árido y triste, la sumió en una profunda nostalgia. Con el propósito de animarla, el jeque mandó construir en una zona al noroeste de Marruecos un pueblecito similar al de la tierra de origen de su esposa. Este pueblo tomó el nombre de Chefchaouen, y fue el que inspiró a Juan Carlos Sánchez Ceballos, nuestro protagonista de hoy, para adoptar su nombre artístico, el de Carlos Chaouen.
Estudiante de Psicología, Chaouen comienza su carrera artística en el mundo de la canción de autor hacía el año 1997. Desde aquella primera participación en el disco “cantautores de la nueva generación”, Carlos ha publicado hasta siete trabajos de estudio y, pese a no ser muy conocido entre el gran público, gracias a su buen hacer actualmente es reconocido entre los amantes de la canción de autor por ser uno de los cantautores más prestigiosos de nuestro país.
Mentiría si dijese que me encuentro entre ese grupo de fans de todo lo que suena a canción de autor. Sin embargo, de vez en cuando me topo con temas que me hacen replantearme esa condición. Es el caso de este “Semilla en la tierra” perteneciente a su cuarto trabajo “Totem”, una canción que te sobrecoge nota a nota, acórde a acórde, y cuando menos acuerdas te encuentras cantándola a viva voz.
Bonus: si hacéis click en el iconito del vídeo de la derecha podréis ver una actuación en el programa Ratones Coloraos de Jesús Quitero, junto a El Cigala. Sencillamente brillante.