
Hay una diferencia (o una deferencia) entre lo simple y lo sencillo, relativa a la cualidad o cantidad de lo que se quiere designar. Aunque a veces los sinónimos quieran abrazarse como si se hubieran encontrado, lo simple acata a la cualidad de estar exento de complicaciones o rodeos. “Todo lo genial es sencillo”, reza algún aforismo.
“Simply beautiful” podría ser un perfecto halago con contenido polisémico. Toda la música del mítico Al Green lo es. R & B, góspel, funky y soul y todos aquellos cuasi adjetivos que acompañan a la música negra más primigenia. “I´m Still in Love with You” (1972) es el álbum que contiene el tema y apreciado por toda la crítica, a caballo entre el “deep soul” y el “smoth Philadelphia soul”.
No puede dudarse que la música negra es una seña de identidad y un cúmulo importante y exquisito de matices y revelaciones. Hemos visto cosas como esto.
La capacidad de síntesis es una virtud. Concéntrese con esta pieza acompañada de poca instrumentación, en lo (¿sencillamente, simplemente?) precioso.