
La gente que rodea a Yann Tiersen advierte a los medios de comunicación de que las entrevistas no giren en torno a la banda sonora de Amélie. No es que el músico bretón reniegue de su pasado, pero sí está harto de que su extensa carrera quede reducida a la música de una película, ya que no fue una banda sonora original (el director escogió varios temas de sus tres primeros álbumes). Pese a que no le gusta componer para el cine porque ve coartada su libertad creativa, en 2003 musicalizó la película alemana Good Bye, Lenin! con un magnífico Daniel Brühl como protagonista y, posteriormente, el documental Tabalry.
Las influencias de Yann Tiersen oscilan entre el rock y la música clásica. Estudió piano y violín en varios conservatorios franceses durante su juventud, pero su capacidad multi-instrumentista va más allá: en sus composiciones incorpora el piano de juguete, el acordeón, el violonchelo, el banjo y el clavicordio, entre otros.
En 2010, y tras varios desencuentros con la discográfica, salió a la calle "Dust Lane", el disco preferido de Yann Tiersen. El que siempre quiso hacer y más tiempo le llevó crear, ya que abarca más géneros que los anteriores. La canción de hoy se llama igual que el disco, "Dust Lane", y es un claro ejemplo del regreso a los orígenes, el rock, lo que ha generado desconcierto entre el público más apegado a su "etapa Amélie". Los sonidos acústicos se mezclan con los electrónicos; el ruido y la distorsión adquieren un papel protagonista. Atrás quedaron las melodías dulces de piano y acordeón. Yann Tiersen no soporta repetirse. Yann Tiersen es un músico libre.