Como si hilvanara una tejedora de la vida, pienso en aquellos caminos no transitados que van de la causa a la consecuencia. Aquel pedazo de hilo que no se ve, pero que, más que invisible, se esconde en honor a todo aquello que une puntos emocionales. Hilo que por su ser, lleva intrínseca la condición de no ser revelado. Porque hay autopistas y senderos, todos sabemos, pero a menudo el detalle corre a demasiada velocidad para guardarlo en el recuerdo. La lección de la necesidad: vivir también a base de material no clasificado.

Y además la vida y la música o la vida en la música, pero así prefiero dejar el postre para aquellos que decidan conocer su historia. Supe de ese hombre llamado Sixto Rodríguez hace unos cinco años por ese boca a boca de los predilectos por “lo raro”. Por aquel entonces yo canturreaba su “Sugarman” con guitarra y arrastrando las vocales hasta el verso siguiente. Todo hasta llegar a “Coming from reality” (1971), aunque no sé si yo venía del mundo real, precisamente. Un álbum cuidado, profundo en su significado y cantado desde la impostura sumergida. Quizás sea “Cause” el tema que, a lo largo de doce pistas, se entona bajo la más profunda desazón de una tristeza resignada, pero que se manifiesta y se abandona, también siquiera, como una oposición a los pesares. Una letra encomiable y ahora preguntarse: ¿dónde has estado todo este tiempo, querido sugarman?

“(…) Cause they told me everybody's got to pay their dues and I explained that I had overpaid them (…) Cause the smell of her perfume echoes in my head still (...)”.

Buen jueves.