
Hay grupos que amas u odias, bandas que han dejado una marca imborrable para unos y para otros no son más que músicos sobrevalorados.
Es el caso que la semana pasada se me presentó en una conversación ligera, como sin darle importancia, que desembocó en una descalificación gratuita de Los Piratas.
Los Piratas, grupo de culto formado en Vigo al nacer la década de los noventa, se convirtió con los años en un grupo de culto que pasó por una de las evoluciones artísticas más complejas que pueden encontrarse en la música patria. En su discografía puede encontrarse desde un pop sencillo donde el protagonismo se carga en las letras, hasta músicas más vanguardistas donde los sonidos electrónicos predominan hasta la extenuación.
Una evolución de este tipo, donde los estilos y la calidad son contantes, es tan difícil de encontrar que hace de este desaparecido grupo una rara avis a la que guardar, al menos, el aire.
Os dejo con su etapa media, como podríamos decir. Un disco llamado Manual para los fieles, plagado de referencias dobles e himnos de una época, que aunque siga cercana, parece perdida. Os dejo con temas como Fecha caducada, Mi coco... Disfrutadlo.