
Es curioso el recorrido que pueden llegar a tener algunas canciones y cómo, a pesar de no alcanzar una inusitada fama internacional, pueden saltar el charco y ser reiteradamente versionadas por intérpretes que van añadiendo su toque personal.
Éste es el caso de "All my little words", una canción de los estadounidenses The Magnetic Fields. El nombre de esta banda de Boston proviene de "Les Champs Magnétiques", del francés André Breton y que es considerada la primera novela surrealista de la historia.
La canción apareció dentro del amplio álbum "69 Love Songs", disco que, como su propio nombre indica, recogía intencionadamente 69 canciones de amor en casi 3 horas de música.
Once años más tarde, tres músicos argentinos, Alvy, Nacho y Rubin, deciden traducir al español y reinterpretar 12 de esos 69 temas, en un disco con el autoexplicativo nombre de "Alvy, Nacho y Rubin interpretan a Los Campos Magnéticos". Ahí, la canción se convierte en "Todas mis palabras", despojadas del apelativo de "pequeñas".
Posteriormente, la española Lourdes Hernández, o lo que es lo mismo, Russian Red, escuchó esta versión y le gustó tanto que comenzó a cantarla en algunos de sus conciertos, a veces en inglés, al igual que toda la discografía de la madrileña, y otras ocasiones en español, siguiendo la estela marcada por los argentinos.
Y llegamos al fin de la cadena con la que es la versión que recomendamos en dSong, la del dúo Bambikina, o lo que es lo mismo, Esther Méndez y Cristina Peinado; que armadas tan sólo con una guitarra, un violín y una armónica se bastaron para dar una nueva vuelta de tuerca al tema. Posteriormente, el dúo (cuyo nombre proviene de Bambi Kino, un cine erótico donde se alojaron los Beatles en su estancia en Hamburgo) se convirtió en el quinteto que es hoy en día, incorporando batería, bajo y guitarra eléctrica.
Lo particular de esta canción es que no han aparecido multitud de versiones acerca de un original, sino que cada uno versiona al anterior, añadiendo su sello e impronta personal. La versión de Alvy, Nacho y Rubin, aparte del evidente cambio de idioma, convierte en acústica lo que originalmente era una canción más folk. Por su parte, Russian Red hace probablemente la versión más descafeinada de las cuatro, aunque cuenta en su haber con la adaptación del español porteño al ibérico. Por último, Bambikina mantiene prácticamente inalterada la letra, pero ralentiza el tempo haciéndolo más acorde al mensaje de amor y dolor que transmite.
Como especial curiosidad en las distintas adaptaciones, resulta gracioso ver cómo la referencia a Carolina del Norte en la original se convierte en La Argentina y posteriormente en Andalucía conforme la canción ha seguido su viaje, primero hacia el sur y luego hacia el este.
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