
Estoy recorriendo las calles de Cracovia y respirando los humos que suben de los sótanos invisibles. La ciudad ruge y calla al mismo tiempo. Hay en Polonia un halo triste de aquel que ha sido castigado por la Historia durante décadas, pero aquí la música es una fiesta que se muestra al principio tímida y luego se exalta grande y sublime hasta culminar bailando.
"Kazimierz" es el nombre del barrio artístico de Cracovia, por excelencia, pero también un tema o una fiesta del mítico grupo polaco de música klezmer, Kroke Band. En su álbum Trío (1996), la banda que empezó sus primeros ensayos precisamente en dicho lugar de la ciudad hace honor a su música y la tradición judía de sonidos que emergen de otra época. Tal vez de jinetes o de éxodos, de emigrantes o de tragedia cantada y contada.
En todo caso, acordes preciosos para un buen miércoles. Que los disfruten.