
Si uno no conoce a Kakkmaddafakka es probable que la mera mención de su nombre, tan similar a uno de los peores insultos de la lengua inglesa, nos haga crearnos una idea equivocada del grupo, y que esperemos ver un conjunto hip hop o funky afroamericano.
Es entonces cuando estos noruegos salen al escenario, llenándolo completamente con sus ocho componentes (que en ocasiones llegan a ser hasta doce), entre los que destaca la presencia de un violonchelo, un piano y dos tipos con pajarita y aspecto extravagante, denominados Kakkmaddachoir. Cabría pensar que montan toda esta parafernalia para distraer al público del ámbito puramente musical, pero lo cierto es que en cuanto empiezan a arrancar notas y los compases avanzan, descubrimos a un grupo con mucha personalidad.
El rock indie de estos nórdicos desprende influencias del reggae o del R&B, y ante todo transmite ritmos muy frescos y llenos de vitalidad, alejados del estereotipo norte-europeo que podríamos achacar a formaciones como Sigur Rós.
Se formaron en 2006 y apenas llevan tres discos en el mercado, el último de ellos publicado este mismo 2013. Pero vamos a remontarnos un par de años a su álbum Hest (2011), al que pertenece Your girl. Es ésta una canción engañosa, ya que detrás de una melodía que nuestro cerebro asocia rápidamente con "canción alegre", se encuentra un dilema de difícil solución: el del chico que se enamora de la novia de su amigo y, lo que puede ser peor, parece ser correspondido por ella.