
Hate to say I told you so ("odio decir que ya te lo dije") es el título de la canción más conocida de los suecos The Hives. Y cuesta creer que de verdad lo odien, porque si hay algo más placentero que llevar razón, es poder restregarle a otra persona el que le hayas dado una advertencia y corroborar que le iría mejor de haberte hecho caso.
Lo odien o no, lo cierto es que esta canción tiene una potencia brutal. Es como si tomaras el clásico All day and all of the night de The Kinks y lo adaptaras 35 años más tarde, endureciendo los riffs de guitarra, recrudeciendo la letra y retorciendo la garganta hasta que ésta sólo pueda decidirse por el gallo o la ronquera. Cualidades que la convierten en una canción magnífica para desfogar cantándola, pero una de las peores elecciones posibles en un karaoke donde quisieras marcártela.
Fue el primer single de Veni Vidi Vicious, el segundo disco de este atípico quinteto sueco de chicos no muy altos, de pelo moreno y ojos azules, que en la mayoría de sus actuaciones optan siempre por el blanco y el negro. Un éxito que ha ocupado plaza en varias de las listas de mejores canciones de los últimos años.