
Es difícil hacer un disco cuando acumulas en tu pasado decenas de éxitos y grandes reconocimientos, tanto de crítica como de público. Te enfrentas a toda una sucesión de posibles reacciones, desde las más favorable hasta la más cruel de las críticas destructivas. Y todas son para ti, ya que en el pasado el foco se posó en ti, y ahí seguirá hasta que la cagues. Es difícil.
Algo de esto le podrían decir a The Black Keys. No es que haya sido un disco horrible, pero han perdido lo que atesoraban y derrochaban en sus anteriores trabajos. Esa autenticidad y frescura, se ha quedado atrás. Escuchar sus grandes éxitos es escuchar una sucesión de temas accesibles para cualquiera, pero con la calidad y la clase de los grandes. Un término medio que los convertía en una rara avis en peligro de extinción.
Con Turn Blue, el disco que publican en este 2014, se han llevado un buen golpe. ¿Momentos reseñables? Pocos. ¿Momentos buenos? Pst. Algo. Alguno de ellos los tenéis en este single, Fever, el cuarto tema del disco.
Pero tranquilos. No creo que ese término medio esté extinto. Sólo se ha caído un poco, ya se levantarán.