
Ya hemos hablado en dSong de John Mayer, es cierto. De hecho fui yo mismo el que sacó a la palestra en esta casa el Especial Álbum de Continuum, el anterior disco de estudio de John Mayer, que coloque como el mejor disco del autor, sobre todo en cuanto a composición y producción.
Pero como de todo se aprende, y considero que es mejor decir las cosas a dejarlas por sabidas, creo que es necesario seguir la estela y comentar su último disco: Battle studies, publicado a mediados de 2009. Sobre todo lo veo necesario porque no es sólo cuestión de reseñar lo mejor de un artista, si no a veces también lo que no es tan bueno y ayuda a ver la evolución de un artista.
Sinceramente, la impresión al escuchar el disco deja mucho que desear, sobre todo si tienes presente su anterior trabajo. Una sucesión de canciones muy plana, muy llana, fuera de lo que John Mayer acostumbra a hacer. Es como si hubiera tenido prisa en publicar y se hubiera dejado en el camino las ganas, la fuerza y (esto es lo que más duele) la guitarra. Una guitarra que en discos anteriores era omnipresente - y aún más en sus directos - y que en este disco brilla por su ausencia en la mayoría de los temas.
Una de las razones que se pueden encontrar sobre las prisas por sacar un álbum como este es que introduce un tema con Taylor Swift, cantante y compositora de country pop que saltó a la fama principalmente en 2008 y cuyo tirón mediático parece ser que han tratado de aprovechar.
Si que es cierto que el cambio de registro del disco no venía sin aviso anticipado: John Mayer anunció la preparación e inminente publicación mediante un blog y su cuenta de twitter, en las cuales comentaba que se realizaría un cambio de estilo y que la senda que inició en Continuum iba a desviarse hacia otras ideas y conceptos.
Sin embargo, y sin mentir ni un ápice, el album no provocó críticas demasiado favorables: la ausencia de la guitarra de John y de los ritmos de rock y blues que lo caracterizaban quedaban demasiado atrás, llegando a un estilo demasiado plano que realmente extraña. Destellos poco originales que recuerdan al Seal de los primeros años, o canciones sin sitio ni razón de ser como "Assasin" o "Crossroads", que cortan el ritmo del disco y me hacen aún más reticente. Aunque eso sí, también tiene temas bastante buenos, como "Edge of desire" o "Friends, Lovers Or Nothing", que dan cierto aire.
En definitiva, un disco que si escuchasteis Continuum o Room for Squares, probablemente os gustará pero os sabrá a poco; que no es ningún bodrio, pero tampoco ninguna maravilla.
Abajo os dejo el último corte del álbum: "Friends, Lovers Or Nothing".