Deja que la música penetre en tu cuerpo, no por los oídos, sino por la piel. Siente cómo las notas van mandando impulsos eléctricos que viajan por tu sistema nervioso hasta los músculos, que se contraen y se estiran al compás.

Deja que la melodía estimule tu centro del placer, arrancándote una media sonrisa, o incluso erizando tu vello con las notas más sostenidas.

Da libertad a tu cuerpo para que se eche a la pista y se mueva frenéticamente, imitando un añojado ritual de cortejo, quizá incluso llegando a ser la representación vertical de un sueño horizontal.

Ésta es, a grandes rasgos, la proposición de Mando Diao en "Dance with somebody". ¿Alguna vez habéis dejado que la música sea el vector de las emociones que sentís hacia otra persona? Como dicen estos británicos, uno puede llegar a enamorarse de la canción favorita de la persona deseada.

Habrá a quien "Dance with somebody" le parezca una canción simple, con pocas pretensiones, pero es que a veces la música debe cumplir esa función, la de simplemente inculcarnos el deseo de bailar con alguien.

Así que buscad a la persona más adecuada y dad rienda suelta a vuestro mejor repertorio de movimientos.