Últimamente he estado escuchando bastante a Jamiroquai. Aunque nunca me ha disgustado lo poco que había oído de él, tengo que decir que lo he descubierto un poco tarde, si es que en esto de la música alguna vez es tarde.

Entre las cosas que he aprendido de la música de la banda liderada por Jay Kay es que bien vale como acompañamiento para una sesión intensiva de trabajo, para levantar el ánimo tras un mal día o para maridar una fiesta. En cualquiera de los casos puedes dejar toda su discografía reproduciéndose en aleatorio. Éxito seguro.

A pesar de que sus temas más conocidos tienen más de una década, hoy no quería viajar mucho en el tiempo, tan solo un poco más de tres años, que es lo que hace desde el lanzamiento de su último LP, trabajo titulado Rock Dust Light Star (2010). En una de esas sesiones de trabajo en las que me he dejado acompañar por Jamiroquai descubrí Goodbye to my Dancer, tema que ha resonado en mis oídos en decenas de ocasiones a lo largo de las últimas semanas. En este título se mezcla el Funk Rock tradicional de Jamiroquai con unos tintes de reegae, para conseguir una de esas canciones que sabes cuando entran en tu cerebro, pero no sabes cuando saldrán.

Os dejo con Jay y su banda, deseandoos sesiones productivas de trabajo y fiestas inolvidables con Jamiroquai en vuestros oídos.